Por Marcos Betanzos
@MBetanzos
Jurado del mismo premio de 1979 hasta 1984, Isozaki ha desarrollado un largo camino en el oficio abordando diversos encargos -muchos de ellos convertidos en iconos absolutos-, también ha dejado su estela abriendo paso a diversas prácticas como curador y trasmitiendo su conocimiento en distintas universidades de las cuales ha sido profesor invitado como Columbia, Yale o Harvard. Su oficina mantiene intacta su producción en países como Japón, China, Italia y España; él sigue vigente a sus 89 años, aunque ahora indudablemente es más perceptible la repetición que la innovación en sus obras. Los méritos –todos los posibles- los logró hace décadas, este premio se percibe como un epilogo de toda su vida como arquitecto.
La evidencia estadística estadística de este reconocimiento indica que, la arquitectura sigue siendo cosa de hombres, de hombres solos. A pesar de todo, el premio Pritzker deja un nuevo tema pendiente, regresar a ser un faro que indique hacia dónde debe dirigirse nuestra práctica. Como señala Anatxu Zabalbeascoa, en un mundo necesitado de guías y proyectistas audaces capaces de ampliar y renovar el repertorio de ocupaciones arquitectónicas, se agradecen los premios que indican caminos.
¿Cuándo será el día que el camino indicado sea el reconocimiento a las mujeres que han aportado tanto a nuestra profesión?
Relación de imágenes:
1.- Palau Sant Jordi, Hisao Suzuki
2.- MOCA Los Angeles, Yasuhiro Ishimoto
3.- Corte perspectivado, Ōita Prefectural Library, Arata Isozaki and Associates
4.- Art Tower Mito, Yasuhiro Ishimoto
5.- Arata Isozaki, Pritzker Prize*Marcos Betanzos (Ciudad de México, 1983) es arquitecto, fotógrafo y profesor de cátedra en el Tecnológico de Monterrey Campus Santa Fe y CENTRO. Becario FONCA 2012-213, integrante de FUNDAMENTAL, taller de arquitectura, paisaje y urbanismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario