Reinaldo Pérez Rayón
Detalle de edificio de aulas. Unidad Profesional Adolfo López Mateos. Cortesía |
@MBetanzos
La reciente muerte del arquitecto Reinaldo Pérez Rayón es sin lugar a dudas una provocación a la revisión siempre necesaria y constante de su obra, el mejor homenaje que puede hacerse para uno de los arquitectos más importantes del siglo XX, vigente y preocupado por diversos temas de nuestro oficio hasta los últimos años de su vida.
Obra de ampliación, Unidad Profesional Santo Tomás, ca. 1966. Fotografía: Guillermo Zamora. |
Pérez Rayón pertenece al selecto grupo de arquitectos que consolidó otra ruta en la imagen moderna del país a través de su arquitectura. Su obra, principalmente destinada al ámbito escolar manifestó de forma constante, con evoluciones -pero sin detenerse o titubear en estilos o modas-, su lógica proyectual apoyada en el uso prioritario de la tecnología constructiva en equilibrio con la manipulación artesanal de la mano de obra; su código estético (si se puede llamar así) residía en la omisión de la apariencia y la cualidad elástica de la arquitectura vinculada a sus necesidades utilitarias con el paso del tiempo, en la estandarización, la modulación rigurosa y la vigilancia de los sistemas de producción de cada elemento empleado para edificar; la ponderación de la unidad más pequeña de un edificio como el gesto constructivo más valioso que se puede presentar en una ciudad.
Retrato del arquitecto Reinaldo Pérez Rayón. Cortesía |
La elasticidad a la que tanto refería sigue siendo la carta de presentación de sus obras que hasta el día de hoy siguen vigentes y en pleno funcionamiento. Es quizá esto lo que lo llevó a transitar por diversas tipologías (laboratorios, casa habitación, auditorios, edificios de oficinas) y escalas: su trabajo no solo osciló en el campo de la práctica entre mobiliario, arquitectura y urbanismo; sino en el del pensamiento: entre la teoría y la docencia. La exigencia básica de un arquitecto de fondo.
Foto aérea de la Unidad Profesional Adolfo López Mateos, Zacatenco. IPN. |
Profesor de las clases de Teoría del urbanismo, Teoría general de la arquitectura y Taller de composición arquitectónica de 1950 a 1956 en la ESIA – IPN, Premio Nacional de Ciencias y Artes en 1976 en el campo de Tecnologia y Diseño, Ganador de la Medalla Bellas Artes en 2004, entre otros reconocimientos, Reinaldo Pérez Rayón, decía que “todo el cambio necesario para adecuar la arquitectura a nuestra realidad objetiva, debe tener lugar primero que en ninguna otra parte en las escuelas de arquitectura.”
Centro Cultural Jaime Torres Bodet. Francisco Montellano |
El campus de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura en Tecamachalco, celebrará este año su 45 aniversario, es pertinente no solo que se abra un espacio para recordar y estudiar su obra sino para revalorar todo su legado. Esa revisión minuciosa es el menor de los homenajes que merece.
Insisto: el menor de todos ellos.
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