La Visual De... En plan de desafío

Se ha presentado el Plan Estratégico de Movilidad de la Ciudad de México 2019. Una ciudad. Un sistema. En él se encuentra un diagnostico conocido pero pocas veces dimensionado en cuanto al abandono de la infraestructura operativa de la red de transporte público (RTP, Metro y el Sistema de transporte eléctrico) y la desigualdad en los tiempos de traslado entre centro y periferia de la Ciudad de México. La realidad es clara y se conoce bien: No existe una visión integral del problema de la movilidad en la Ciudad de México: predomina la fragmentación y la falta de una perspectiva metropolitana.


Por Marcos Betanzos
@MBetanzos
Sin mencionar el consistente problema de la inseguridad dentro de la radiografía inicial, se plantea en el documento la integración –por fin- de todos los sistemas de transporte público desde su imagen y forma de pago hasta lo operacional. También el mejoramiento de la infraestructura y los servicios de transporte expandiendo redes e incorporando la figura del sistema Cablebús, la construcción de dos nuevas líneas de metrobús, la finalización de la Línea 12 del Metro y la finalización de la línea 5 del metrobús. Como tercer eje, quizá el de mayor atención, se menciona: “proteger a los usuarios de los distintos sistemas de transporte a través de la provisión de infraestructura y servicios incluyentes, dignos y seguros”.


La visión que presenta este documento que será estandarte del gobierno entrante de la Ciudad de México es que el usuario sea el centro de las políticas de movilidad, promoviendo la caminata y el uso de la bicicleta; priorizando la circulación expedita del transporte público; garantizando accesibilidad universal y sobre todo redirigiendo la inversión al transporte público, donde se espera destinar 6 pesos en infraestructura de transporte público por cada peso invertido en infraestructura vial.




El plan posee por vez primera una visión que va mucho más allá de las obras faraónicas, incluye estrategias de capacitación, sanción por puntos, regulación de los sistemas de transporte privado vía aplicaciones móviles (desde taxis hasta bicicletas sin anclaje, patines eléctricos), gestión de estacionamientos y una política integral para el sistema de carga.





Pertinente pero ambicioso este plan está cimentado en diversos rubros que lo hacen una de las mejores apuestas por venir. Mucho debe cambiar porque la realidad es demasiado abrumadora, como muestra el botón que presenta Luciana Kaplan en el documental Rush Hour (aún en exhibición; aquí el tráiler https://www.youtube.com/watch?v=eeqFbh2N_cs) y otro mucho más triste: la muerte en menos de 72 horas de tres ciclistas. El primer deceso en uno de los cruces más denunciados por usuarios del sistema Ecobici: Avenida Chapultepec y Avenida Cuauhtémoc; el segundo caso, una alumna del Instituto Politécnico Nacional atropellada afuera de su escuela (UPIICSA). El tercero, el de Emmanuel Vara Zenteno, director de Movilidad en Puebla, atropellado en esa ciudad por un conductor de transporte público que no respetó un semáforo.




La indiferencia ante estos sucesos además de doloroso, es insostenible. La Ciudad de México tiene la oportunidad de marcar un altísimo punto de referencia para las demás ciudades y sus políticas de movilidad. Exijamos que este plan no se convierta en letra muerta por la calidad cívica de sus ciudadanos, el desafío común de ponernos a prueba.




Imágenes cortesía de Plan Estratégico de Movilidad de la Ciudad de México 2019.


*Marcos Betanzos (Ciudad de México, 1983) es arquitecto, fotógrafo y profesor de cátedra en el Tecnológico de Monterrey Campus Santa Fe y CENTRO. Becario FONCA 2012-213, socio y fundador de FUNDAMENTAL, taller de arquitectura, paisaje y urbanismo.



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