Fotografía cortesía de Santiago Arau
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@MBetanzos
Un tema en particular se encuentra en pleno debate y porque no decirlo en pleno proceso de negociación: definir el destino de la obra más importante del país en muchos años y la inversión hasta hoy ejecutada para su construcción, sin considerar los montos destinados al futuro mantenimiento del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. El aeropuerto hace agua.
Las opciones para hacerlo viable parecen
reducirse a la participación de la iniciativa privada y al optimismo calculador
de un solo empresario. Lo anterior, evidencia lo que parece un mal manejo, nula
planeación respecto al impacto ambiental de la zona y los municipios cercanos a
Texcoco o, por otro lado, lo que se dijo desde un inicio insistentemente argumentando
que ese, era el lugar menos indicado para construir tal infraestructura.
Fotografía cortesía de Santiago Arau |
Fotografía cortesía de Isabel Mateos |
Fotografía cortesía de Aldabi Olvera |
Sin embargo, Javier Jiménez Espriú, próximo titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, afirma que no hay certezas para pensar en esa fecha y que siendo optimistas sería real pensar en 2024…o algunos años más. El mensaje es claro: la administración del gobierno saliente ha dejado una bomba de tiempo activa, de aceptarse comprometerá la operación de un sexenio y su administración. Y ya sabemos que en la política mexicana nadie quiere ver crecer a un hijo bastardo.
Para quienes dicen que pensar en una posible cancelación es un atentado al patrimonio nacional, deberá mencionárseles que la saturación del actual aeropuerto es un problema con muchos años de antigüedad, la extensión de tiempo compromete toda operación y seguridad, aunque se prometa una obra faraónica. Y aunque la necedad del gobierno entrante parezca inamovible.
La Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) (en inglés: International Civil Aviation Organization, ICAO), ha dicho que es viable y serían compatibles el actual aeropuerto Benito Juárez y la expansión de Santa Lucia, pero que Santa Lucia y Texcoco son incompatibles. Un estudio con un costo de 600 mil dólares y duración de 4-6 meses definirá la viabilidad de estos escenarios.
Al presidente electo se le verterán sus palabras de campaña que aseguraban la cancelación incuestionable y hoy, ante un improvisado escenario de encuestas y consultas, se le cuestiona la tibieza en sus decisiones, sobre todo los encuestadores oficiales quienes acusan la falta de rigor metodológico, el chiste y sus pronósticos siempre fallidos narran el argumento de su humor involuntario.
Desde mi punto de vista lo único real es que nada frenará la obra en Texcoco y todo esto, con acrobacias o no hará que la obra camine, la discusión y el debate es solo el escenario de una negociación que ya tiene ganador. ¿Quién puede ser? ¿Quién evitará el aterrizaje forzoso de este proyecto?
*Marcos Betanzos (Ciudad de México, 1983) es arquitecto, fotógrafo y profesor de cátedra en el Tecnológico de Monterrey Campus Santa Fe y CENTRO. Becario FONCA 2012-213, socio y fundador de FUNDAMENTAL, taller de arquitectura, paisaje y urbanismo.
Para quienes dicen que pensar en una posible cancelación es un atentado al patrimonio nacional, deberá mencionárseles que la saturación del actual aeropuerto es un problema con muchos años de antigüedad, la extensión de tiempo compromete toda operación y seguridad, aunque se prometa una obra faraónica. Y aunque la necedad del gobierno entrante parezca inamovible.
La Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) (en inglés: International Civil Aviation Organization, ICAO), ha dicho que es viable y serían compatibles el actual aeropuerto Benito Juárez y la expansión de Santa Lucia, pero que Santa Lucia y Texcoco son incompatibles. Un estudio con un costo de 600 mil dólares y duración de 4-6 meses definirá la viabilidad de estos escenarios.
Al presidente electo se le verterán sus palabras de campaña que aseguraban la cancelación incuestionable y hoy, ante un improvisado escenario de encuestas y consultas, se le cuestiona la tibieza en sus decisiones, sobre todo los encuestadores oficiales quienes acusan la falta de rigor metodológico, el chiste y sus pronósticos siempre fallidos narran el argumento de su humor involuntario.
Desde mi punto de vista lo único real es que nada frenará la obra en Texcoco y todo esto, con acrobacias o no hará que la obra camine, la discusión y el debate es solo el escenario de una negociación que ya tiene ganador. ¿Quién puede ser? ¿Quién evitará el aterrizaje forzoso de este proyecto?
*Marcos Betanzos (Ciudad de México, 1983) es arquitecto, fotógrafo y profesor de cátedra en el Tecnológico de Monterrey Campus Santa Fe y CENTRO. Becario FONCA 2012-213, socio y fundador de FUNDAMENTAL, taller de arquitectura, paisaje y urbanismo.
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