Por Marcos Betanzos @MBetanzos
Viene un año complejo donde las cosas de fondo comenzarán poco a poco a ser tapizadas por anuncios y promesas de campañas políticas. Necesitaremos cordura, mucha paciencia y de nueva cuenta más voluntad cívica que nunca para no perder de vista lo esencial entre tanta niebla. Ya veremos hasta donde nos permite la estela de la cordura visualizar y construir un futuro distinto. Parece muy difícil, pero hay que renovarse o morir.
Se cierra este año con un número importante de concursos convocados que, sin el mismo impacto que los ocurridos en años previos, no dejan de ser oportunidades relevantes, pero se mantienen como instrumentos siempre predecibles en la cualidad de sus resultados. Lo peor sucede cuando de la nada, otro proyecto faraónico se asoma a la superficie, desde ahí la pregunta es obligada: ¿Seguimos construyendo el andamiaje del concurso en los proyectos públicos?
http://www.smie.org.mx/layout/normas-tecnicas-complementarias/normas-tecnicas-complementarias-ciudad-mexico-2017.pdf
Atrás se quedan los sucesos donde la arquitectura fue instrumento de gestos políticos de corruptelas, de negligencias, de dolor; atrás se queda todo, incluso los loables esfuerzos donde la arquitectura tuvo un verdadero impacto posterior a la emergencia del 19S. El andamiaje endeble de nuestra propia profesión construida de gestos y movimientos que no terminan por sacudir el fondo llegan en este año a su fin. Es momento para preguntarnos por breves lapsos de tiempo: ¿Entre esta escena que vivimos y la siguiente que viviremos, entre uno y otro recuerdo, cómo sigue y de qué manera está escribiéndose la historia?
Fotografías Cortesía de Marcos Betanzos
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