Por Marcos Betanzos @MBetanzos
El peso histórico de la más emblemática avenida del país se encuentra en la sobreposición de momentos, escenas, objetos, acontecimientos históricos coincidentes y hasta anacrónicos que pretendieron construir (consolidar, ilustrar o representar…) su vocación patriótica, un espíritu colectivo de orgullo nacional y de paso, alcanzar el ideal de obtener así, la avenida más bella de México con su reconocida influencia parisina.
En el paseo, que contaba con un trayecto original de apenas 3 kilómetros 460 metros y que poco a poco se fue alargando hasta alcanzar más de 14 al día de hoy, la posibilidad de transformación a nivel urbana o arquitectónica ha sido una constante, la idea del cambio rige su historia, se impone repetidamente. No es fortuito que desde el siglo XIX se imaginara construir en ella, la Fuente de la Paz; se planeara como escenario para albergar la Exposición Internacional Mexicana y llegando al siglo XX, Carlos Obregón Santacilia, Juan Sordo, pero sobre todo Mario Pani fueran agentes motivadores de cambios significativos con los que se ganaron la animadversión de medios informativos y vecinos inconformes que ya se cobijaban en el argumento baladí de la supuesta amenaza para dicha avenida que representaba su arquitectura y sus propuestas de transformación de la ciudad.
Para esos años –no está de más decirlo- mucho ya se había destruido; lo nuevo sumó, amplió el espectro de su valor patrimonial, narró otra etapa de la historia pero sobre todo, consumó la idea de Mauricio Tenorio al afirmar que “la historia dejó de ser libro, para poder habitarse”.
Es simple: la amenaza real para muchos de los que se oponen es que en el futuro próximo, el Paseo de la Reforma sea totalmente peatonal. ¡Qué horror! ¡Que regrese el Imperio y sus carruajes!
A las autoridades habrá que exigirles cautela, calidad, planeación, y garantías en la conservación del espíritu de tal avenida. Sobre la imagen histórica: ¿A qué etapa de la historia de esta ciudad, de este país y de ese paseo se referirían quienes se oponen? La historia dice que los liberales le arrebataron a los restos del Imperio, la hoy emblemática y más importante avenida del País, y hasta lo hicieron cambiar de nombre. Si recurren a la historia los conservadores, también fracasarán sus argumentos de defensa.
Esperemos su contraataque.
Fotografías Cortesía Metrobus
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