La
ausencia de un objetivo definido al recorrer la ciudad es cada vez menos común.
En esa inercia de ir y venir de un origen a un destino definido somos
indiferentes a una cantidad de objetos, sucesos y espacios que conforman un
mosaico de situaciones que develan información precisa del contexto en el que
andamos.
César Alvizo
(1977) artista plástico, toma su papel como editor de la urbe y “nos confronta
con todo aquello que pasa desapercibido en el recorrido habitual “a ciegas” de
quienes circulamos a pie, en bicicleta o en cualquier otro medio de transporte.”
¿Qué es lo que observa y reúne para devolvernos un mosaico personal de la
ciudad que percibe? Lo que todos ya conocemos pero que ahora parecemos
imposibilitados para ver con atributos que superen su cualidad material: “objetos
que han perdido sus funciones, pero son cubiertos con plásticos y lonas como
medio de preservación. Autos en los que crecen plantas, rocas y llantas viejas
hechas totems, puestos olvidados, diablitos de carga, objetos no identificados
que coinciden bajo un mismo color de cubierta”.
La ciudad
y sus objetos –que podría ser la metáfora del cuerpo y sus cicatrices- a partir
de una mirada obsesiva encuentra en lo que otros consideran un desecho, una
plataforma codificada a través de la estética pura de algo que se reinventa por
medio de la fotografía, el dibujo y la acuarela, hasta convertirse “en una obra
de arte que se torna en un objeto-facilitador que huye del olvido y se
convierte en el centro de atención de los espectadores.”
En el caso
de César Alvizo, la obstinación está dirigida a la recolección de objetos abandonados
–o dispuestos- por otros. Y es a través de la práctica de derivas en bicicleta
que provoca una relación íntima entre su vida cotidiana y su propia ciudad
transformada mediante la selección y el aislamiento de fetiches que devienen de
la escultura involuntaria del tiempo y el abandono, de la pertenencia, de la acumulación
como garantía de que todos queremos poseer algo.
Las
obsesiones de César Alvizo y su trabajo que nos remite a las estrategias
culturales de los situacionistas -pensadas como instrumentos de transformación-,
están plasmadas en Derivas, la
primera exposición individual que exhibe Sismo Galería de Arte Contemporáneo en
la Colonia Condesa, Ciudad de México. Vale la pena visitar la exposición para
recordar que a veces la ciudad exige la renuncia a la navegación y el
sometimiento total al naufragio para coexistir en ella.
*Marcos Betanzos (Ciudad de México, 1983) es arquitecto, fotógrafo y articulista independiente. Becario FONCA 2012-213 por su proyecto #BORDOS100 y miembro del Consejo Editorial de la Revista
No hay comentarios:
Publicar un comentario