La Visual de... Un ápice de congruencia

En octubre de 2015 el Gobernador de Oaxaca, Gabino Cué anunció que ya no construirá el Centro Cultural y de Convenciones (CCCO) en el Cerro del Fortín. 

Por Marcos Betanzos @MBetanzos
De la mano del artista plástico Francisco Toledo, la voz de la sociedad civil ganó paso a la improvisación para dejar en claro la resistencia a esa iniciativa. No era la primera vez que el artista encabezaba y concretaba una oposición franca a las iniciativas gubernamentales de su estado; desde el arte reiteraba la lección: la ciudad no es territorio para oportunismos y ocurrencias que vigilen sólo el corto plazo de los intereses privados. 



Toledo ha subrayado con claridad que no es un luchador social, un disidente o un rebelde, por el contrario se autodenomina un artista plástico, algo más que un simple pintor, pero sobre todo un ciudadano que pone a prueba lo ya escrito en la constitución mexicana, la ley que está que siempre se evade sistemáticamente. Desde su labor pero también desde su exposición mediática ha revertido grandes atropellos quitándole poder a la impunidad, el camino para poner en balanza a uno de los estados con mayor rezago social del país ha sido el arte y la cultura, el camino más complejo para una sociedad que no valora estos mecanismos como sistemas eficaces de progreso.




La ciudad fronteriza de Tijuana se encuentra en medio de un proceso de reconversión donde de nueva cuenta el arte se ha impuesto a la imagen violenta que por años ilustró la combinación “tequila, sexo, marihuana”. En este caso, han sido un buen grupo de artistas jóvenes, e inversionistas privados quienes han estructurado otro andamio para revertir esa cualidad de traspatio fronterizo del país vecino. Lo han hecho bien permitiendo germinar proyectos culturales, academias, escuelas, galerías y sobre todo tendiendo puentes hacia otros países, el más importante es sin duda la relación China-Tijuana, también conocida como TAJCHIN. En esa ciudad resarcida socialmente donde hay todo por hacer confía, por ejemplo la Escuela Libre de Arquitectura de Jorge Gracia, de la cual escribí hace tiempo en este mismo espacio: www.podiomx.com/2014/07/la-visual-de_31.html




Estudiar estos dos ejemplos, nos hace dar una buena referencia a las tensiones que se han dado en ciudades como Puebla o la Ciudad de México. La primera, en medio de un conflicto para evitar un atentado contra el patrimonio del sitio arqueológico de Cholula por el llamado “plan de modernización y desarrollo turístico” que encabeza el gobernador Moreno Valle y la segunda, por el ya agotado Corredor Comercial Chapultepec, “La gran rueda CDMX” que se pretende instalar a un costado del Museo de Arte Moderno o la afectación señalada por expertos y artistas al Espacio Escultórico de la UNAM en Ciudad Universitaria. En todos los casos, casi siempre ganando la improvisación a la conciencia y de la mano la poca voluntad política para atender los llamados de la sociedad civil, el “servir a los nuestros” de parte de los funcionarios es el mecanismo que sigue cabalgando a velocidades sorprendentes.




Que la sociedad comience de forma organizada a defender lo que en otro momento simplemente se aceptaba con resignación es alentador. Sin embargo, hay una amenaza que ya comienza a hacerse visible: la incongruencia de vecinos, artistas, arquitectos, y más personajes que un día asumen con autoridad moral lo que no han defendido ni vigilado en su trabajo profesional. No todos son Francisco Toledo. Por desgracia hay mucha hojalata y mucho concreto martelinado entre las causas que hoy dice vigilar personajes como Sebastián o Teodoro González de León.


Vale la pena recordar a Kafka en Informe para una academia cuando se nos quiere dar lecciones de congruencia donde no existe un ápice de la misma: “Me hacéis el honor de presentar a la Academia un informe sobre mi anterior vida de mono. Lamento no poder complaceros; hace ya cinco años que he abandonado la vida simiesca”.



*Marcos Betanzos (Ciudad de México, 1983) es arquitecto, fotógrafo y articulista independiente. Becario FONCA 2012-213 por su proyecto #BORDOS100 y miembro del Consejo Editorial de la Revista Domus México, América Central y el Caribe

1 comentario:

  1. Muy bueno. Me parece que hay una tarea cotidiana de defensa contra las ocurecnias y oportunismos, pero tambien debe haber acciones que fomenten las propuestas. Esto, porque en el caso del Corredor Chapultepec, el movimiento planteó un ¡"Así no!", y ahora toca plantear como ¡Así sí!, que no necesariamente implica hacer lo que está a cargo de otros, como el mismo gobierno, directa o indirectamente por medio de concursos o proceso de asignación en un marco legal transparente y a cargo de profesionales, y en su caso, cuando así lo amerite, con la participación o consulta comunitaria, que también debe tener ciertas limitaciones o condiciones para evitar el "En contra de todo y a favor de nada" de algunos vecinos que no comprenden que la ciudad es un proceso de permanente crecimiento y desarrollo y por tanto de cambio, pero en un marco de orden. La democracia participativa también debe reconocer la democracia representativa, unos deciden quien lo debe de hacer porque cumple con perfiles y requisitos, capacidades y calificaciones, y asignados los encargos se debe de otorgar lbertad para el ejercicio siempre cumpliendo con objetivos clrso y predeterminados. No todo en todo momento y parte de un proceso se debe consultar y votar, u opinar, porque también hay que entender que con todo lo democrático que se pretenda, cuando una mayoría absoluta o relativa dice o hace una estupidez, no deja de ser una estupidez. Si nos organizamos, que también sea para hacer propuestas innovadoras y constructivas, y no solo para decir o criticar. Ya sabemos lo que no se debe hacer. Decía Martí, que la mejor manera de decir es hacer, hagamos. "El que no hace algo por la ciudad en la que vive, no merece vivir en ella" JFK

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