La Visual de... Carta al ciudadano modelo

Estimado ciudadano de la región poco transparente, como usted sabe una serie de contingencias ambientales en la historia reciente de nuestra ciudad –podemos mencionar al menos de tres décadas a la fecha-, nos ha orillado una vez más a improvisar un conjunto de paliativos que nada tienen que ver con brindar una solución de fondo respecto a su incontrolable dependencia al automóvil. 


Por: Marcos Betanzos @MBetanzos
Sí, hemos comenzado a escuchar y reconocer sus molestias, lamentamos mucho todas las incomodidades que nuestra incapacidad para planear o para resolver los problemas de nuestra ciudad le ha ocasionado o le ocasionará el resto de su vida si decide permanecer aquí, en nuestra amada CDMX.




Es evidente que el rumbo nunca lo hemos tenido –usted tiene responsabilidad al haber depositado ciegamente su confianza en nosotros-, pero le aclaramos que siendo sinceros no aspiramos a tenerlo, anhelamos al menos, alcanzar una simulación que resulta casi siempre un excelente bálsamo para mantenernos en nuestras confortables realidades, lo incluyo a usted porque de nada le servirá negarlo, usted es parte del problema, por si no se ha dado cuenta aquí se lo informo.  Pero no entremos en conflictos ni en señalamientos infructuosos, observemos horizontes que nos lleven a una respuesta feliz, seamos objetivos: la solución es demasiado compleja para querer alcanzarla hoy, podemos empezar mañana con mejores ánimos. Aquí nunca es tarde, ya lo sabe.  




¿Por dónde podemos comenzar? ¿Qué le parece dejar de circular un día o dos a la semana? ¿Compartir su vehículo? ¿Usar el transporte público? ¿Construir un tercer y cuarto viaducto elevado? ¿Triplicar los impuestos por contar con automóvil? ¿Modificar el aspecto normativo y legal vigente? Piense, sea objetivo  renuncie al territorio común porque de nada sirve que nos exija eliminar las complicidades entre nuestros funcionarios y los centros de verificación, eso es casi imposible, ya se ha dicho: es cultural y en todo caso sería mejor que usted supere su enoclofobia rápidamente y no espere tanto de nosotros.




Tampoco se resguarde en la obviedad: mejorar las condiciones de los sistemas de transporte público no es algo que esté en nuestro alcance, es lamentable que no sea posible cubrir los parámetros mínimos de exigencia que usted o los conceptos dignidad y seguridad ameritan, pero haga un esfuerzo –le demando- sea objetivo: encontremos una solución feliz para todos, estamos convencidos que es posible lograr un consenso absoluto donde el mínimo sacrificio sea norma para que en algún momento no muy lejano el aire que respiramos no represente una amenaza para nuestro estado de salud.


Resulta angustiante, estimado ciudadano no saber por dónde podemos comenzar a transformar la estructura de nuestra confortable realidad porque siendo sinceros, nosotros debemos reconocer que la ciudad que gobernamos no es la que usted soñó, ni el transporte público es el que usted amerita, ni el incremento de impuestos sería justo, ni quienes lo rodean, lo machacan o lo incomodan son dignos de viajar con usted que merece algo más que eso… pero la realidad es esa y es momento de aceptar que no siempre las mentiras nos sirven para seguir viviendo.  Tampoco las complicidades.


Así que haciendo honor a la verdad, debo decirle que usted tampoco es el ciudadano que esta ciudad merece, usted se encuentra lejos del habitante modelo de la ciudad europea que tanto admira, y eso también es absolutamente lamentable, ¿no lo cree? Con esto último en claro, le comparto una pregunta que sigue rondándome insistentemente: ¿Quién quiere encender un fuego con la leña de su propio árbol? 



*Marcos Betanzos (Ciudad de México, 1983) es arquitecto, fotógrafo y articulista independiente. Becario FONCA 2012-213 por su proyecto #BORDOS100 y miembro del Consejo Editorial de la Revista Domus México, América Central y el Caribe 



1 comentario:

  1. No es fácil soltar el caramelo que nos endulza el paladar y que tanto nos deleita, no es fácil tirarlo cuando recién lo acabamos de comprar teniendo bolsas llenas en la alacena, no es fácil deshacerse de un cúmulo de placer empaquetado ni tan siquiera sabiendo que ese exceso terminará por aniquilarnos a nosotros mismos y a quienes nos rodean el día de hoy a quienes nos sobrevivan el día de mañana. Un mañana casi presente.

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Temas

Archivo