Teddy Cruz (Guatemala, 1962) ha señalado insistentemente que en el centro de las crisis urbanas se encuentra la polarización de lugares de riqueza descomunal rodeados por sectores de pobreza y con ello, las desigualdades socioeconómicas
Cortesía de Arturo Ortiz Struck |
Por Marcos Betanzos @MBetanzos*
Él
ha señalado que esas crisis urbanas no son sólo económicas o medioambientales y que
el futuro de las ciudades de hoy depende menos de edificios y más
de la reorganización básica de las relaciones
socioeconómicas, pues las mejores ideas en la definición de la
ciudad –señala- no vendrán de los enclaves de poder económico y la
abundancia, sino de los sectores de conflicto y escasez.Así ha operado con su trabajo desde la línea de borde que configuran las ciudades de Tijuana en México y San Diego en Estados Unidos. Así ha dejado claro con sus aproximaciones artísticas y arquitectónicas que no pretende idolatrar la imagen de la precariedad, mucho menos idealizarla pero sí sugerir que esa urbanización informal es en realidad el resultado de un conjunto de procedimientos socioeconómicos y políticos. Hay en sus palabras todo menos ingenuidad o superficialidad, uno podría o no estar de acuerdo con él, pero el mensaje dado va mucho más allá, no contiene prejuicio ni limitaciones ideológicas; nos retrata como piezas de un mismo sistema, nos delata como consumidores de esa realidad a la cual contribuimos.
Marcos Betanzos |
Con esa precisión, un agudo sentido crítico y
una dolorosa visualización de la realidad, Arturo Ortiz Struck hace lo propio
dentro de su exposición “Porque la vida es ahora”, la cual se exhibe en la
Galería El rojo de Tacubaya. La muestra visibiliza la ambivalencia de la
violencia en su manifestación más objetiva y subjetiva, revelándola como parte
de un sistema de producción que opera y germina desde la violencia financiera y
su vinculación con el narcotráfico hasta el comportamiento social que nos
predispone como seres inconclusos, sedientos de validaciones estéticas y
códigos de comportamiento, pasando oportunamente por los tecnicismos que
dominan la producción de vivienda por parte del Estado mexicano y su impacto en
los nuevos entornos urbanizados.
Proyecto de Vivienda de Tatiana Bilbao. Fotografía: El País |
El consumo, la ciudad y hasta los clichés son
retratados aleatoriamente bajo diferentes técnicas artísticas (pintura,
collage, video, fotografía, gráfica) y son vinculados sutilmente por una
constante: la desconexión o la alteración de la realidad que, cuando no se
acepta cómo es, se adquiere otra a la medida de sus intereses a través del
crédito: porque la vida es ahora y porque para todo lo demás existe Master
Card.
Marcos Betanzos |
Visita obligada resulta ser esta exposición y
revisar el trabajo de Teddy Cruz desde el enfoque a la vivienda. No sobra decir
que ambos casos mencionados aquí, por su rigor y la seriedad con la que han
sido abordados, hacen ver ingenuo el acercamiento a un conflicto
social-económico-político-urbano-arquitectónico que conduce el proyecto
mexicano de vivienda emergente presentado recientemente en la Bienal de
Arquitectura de Chicago a cargo de Tatiana Bilbao. Lo comprometido, lo serio y
lo razonado de la postura artística-arquitectónica de Cruz y Ortiz ilustran
cómo la arquitectura pura y dura no es suficiente cuando se descontextualiza en
lo particular y se justificada discursivamente en lo general.
No
es tarea sencilla entender
que un edificio –una casa- no es un destino final, sino un vehículo para
explorar las construcciones sociales. Iñaki Ábalos decía que una casa puede ser
un instrumento de visión y, si se quiere, de crítica, algo que esté más allá de
la belleza. Algo de fondo y no tanto de formas. ¿Puede el arte ser ese
catalizador para acercarnos a la realidad
o sólo una válvula de escape para evadirla?
*Marcos Betanzos (Ciudad de México, 1983) es arquitecto,
fotógrafo y articulista independiente. Becario FONCA 2012-213 por su proyecto
#BORDOS100 y miembro del Consejo Editorial de la Revista
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