Pensado así por el arquitecto italiano, este edificio es un proyecto elaborado para ser un “bosque viviente” en medio de la urbe
Por Geovanni Jaume @g3o_V4nni
Ubicada en Turín, esta estructura de acero representa a la perfección el sueño de todo niño pequeño de contar con una casa en su jardín construida sobre un árbol. Surge de la necesidad de generar un edificio residencial que permite el contraste del interior con el exterior. Razón por la que se optó por un diseño con acentos en tonalidades verdes que ofreciera una perspectiva mutable y vistosa y además cumpliera con el objetivo principal: “… vivir en una casa de ensueño.”
Ubicada en Turín, esta estructura de acero representa a la perfección el sueño de todo niño pequeño de contar con una casa en su jardín construida sobre un árbol. Surge de la necesidad de generar un edificio residencial que permite el contraste del interior con el exterior. Razón por la que se optó por un diseño con acentos en tonalidades verdes que ofreciera una perspectiva mutable y vistosa y además cumpliera con el objetivo principal: “… vivir en una casa de ensueño.”
Creado
sobre un terreno de 7,500 m2, en Via Chiabrera, esta gran estructura
de acero —construida a manera de raíces que parecieran crecer desde el suelo
hasta el techo— soporta el entramado de madera de los departamentos y las
terrazas. Utilizando listones de madera maciza para revestir el piso, se logró
una filtración de luz solar hacia las viviendas. En el último piso se adecuó un
roof garden que permite la vista de ciudad italiana y la combinación de elementos
y colores genera una fachada bastante atractiva.
Este “jardín
viviente” cuenta con 63 departamentos, cada uno de características diferentes,
sin embargo todos cuentan con amplias terrazas diseñadas con formas irregulares
que se ubican sobre las “ramas” del gran árbol, en algunas de ellas se
adaptaron macetas con plantas y árboles naturales. En el jardín del patio se
plantaron 150 árboles que brindan oxígeno y contribuyen a la reducción de la
contaminación del área, así, el arquitecto nacido en Piamonte garantiza que la
estructura por sí misma, es capaz de crear —en el interior— un microclima favorable
para las áreas verdes en la transición del verano al invierno.
Como el
proyecto representaba la preocupación de la arquitectura por el medio ambiente,
se adecuaron sistemas de calefacción y refrigeración a base de energía
geotérmica y un sistema de reciclaje pluvial para el riego automático de las áreas
verdes de los muros, lofts y patios. Para la vegetación, se seleccionaron y
plantaron árboles que van de los 2.5 a los 8 metros de altura, estos maximizan
el contraste de los tonos cafés y verdes de toda la estructura. Así Italia puede presumir que una de sus
ciudades más importantes a nivel cultural y de negocios, cuenta con la casa del
árbol más grande del mundo.
Imágenes
cortesía de Luciano Pia
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