“Los
principales vehículos con los que exploramos y comunicamos nuestras nociones de
ese mundo no manifiesto son la religión, la filosofía y las artes.
A
semejanza de éstas, también la arquitectura está generada por las creencias
míticas y expresa la presencia de una realidad más profunda que el mundo
manifiesto en el que existe.”
Charles Correa.
Centro José Guerrero, Jiménez Torrecillas |
Por Marcos Betanzos* @MBetanzos
La
arquitectura está de luto. Esta semana murieron dos de los arquitectos
referencia de la profesión, Antonio Jiménez Torrecillas (Granada, España, 1962)
y Charles Correa (Hyderabad, India, 1930). Sucedió el mismo día, el pasado 16
de junio, una extraña coincidencia en el deceso de dos personajes que se encontraron
más de una vez, haciendo con una gran entrega y pasión un trabajo
extraordinario, en el que las cualidades para considerarlos buenos arquitectos,
eran apenas su punto de partida para elevar la esencia del oficio. Siempre
fueron a más.
Jiménez
Torrecillas, trabajó manteniendo respetuosamente la distancia con el patrimonio
y la tradición aunque nunca evadió riesgos que lo llevaron a la confrontación,
el cuestionamiento y la crítica, sus intervenciones fueron siempre más sutiles
que protagónicas y su obra, osciló entre la vivienda de interés social, la
residencial y el rescate de emblemas del patrimonio o la memoria. La luz y la
sombra dominaron en su resolución espacial que nunca cedió a lo escenográfico.
La pulcritud constructiva fue siempre su carta de presentación, no cómo
perfeccionamiento técnico solamente, sino como relato íntimo entre el hecho de
pensar arquitectura y construirla en un sitio determinado que se enriquece de
las particularidades del proceso de materialización.
Muralla Nazarí, Jiménez Torrecillas |
Correa,
considerado uno de los más grandes arquitectos de su país, sostuvo a lo largo
de su vida una férrea batalla -desde la teoría pero también en su práctica,
para defender la calidad de vida en las ciudades, éste tema era uno de
propulsores ideológicos para actuar como un ciudadano comprometido que
consideraba tema de primer orden equilibrar la desigualdad y carencias sociales
de las comunidades más desprotegidas. ¿Cómo lo hizo? Motivando la reflexión en
torno a las soluciones dictadas e impuestas sistemáticamente, revalorando las
soluciones que esa misma gente generaba para vivir con mayor comodidad en
situaciones precarias e implementando en su trabajo consideraciones climáticas,
materiales y ambientales que nacían en el corazón de la cultura Indú. Siempre
afirmó que era lamentable que se importaran soluciones de “expertos” para
realizarse proyectos en su país, cuando lo único que hacían era proporcionar
una nueva forma de hacer un edificio de cristal que con nuevas tecnologías
intentaba cubrir los grandes vacíos esenciales de su diseño.
Champalimaud para lo desconocido, Charles Correa |
Fue él,
quién también señaló sin miramientos a los políticos al reiterar que son ellos,
los principales beneficiarios de una actitud empresarial en el desarrollo
inmobiliario que usa la arquitectura como pretexto para hacerse de grandes
masas de dinero. Siempre fue en contra de la corriente y su innovación en
muchos casos se anticipó a todo tipo de modas, certificaciones y tendencias que
hoy nos abruman. No alcanzó en muchos casos la resonancia que prometían sus
soluciones, algunas de sus obras más propositivas ya no existen. Con su muerte,
es menester revisitarlas y también, vale la pena reconocerlo a través del
volumen “Un lugar en la sombra”, el cual recoge varios escritos del arquitecto.
Su pensamiento no tiene desperdicio.
Foto de la maqueta del proyecto Vidhan Bhava, Charles Correa |
En ambos
casos, la obra fue vasta, sobra decir y enumerar los premios que merecieron. Se
han ido dos maestros y nos han dejado toda su obra.
¡Hasta
pronto!
Casa Escudero, Jiménez Torrecillas |
Champalimaud para lo desconocido, Charles Correa |
Centro José Guerrero, Jiménez Torrecillas |
Gandhi Ashram, Charles Correa |
Relación
de Fotografías:
Archivo Charles Correa
Archivo
Antonio Jiménez Torrecillas
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