La Visual de... Neza: asuntos de dignidad.

La actual administración del gobierno municipal que encabeza Juan Zepeda se ha propuesto recuperar, reactivar y dignificar el espacio público del municipio, la intención no es más que un eco de la inminente agenda urbana de la Ciudad de México que, bajo esa condición de copia (fastrack) resulta muy cuestionable por su nivel de ejecución, planeación y propuesta pero demasiado rentable en el ámbito de la visibilidad política, la propaganda y la simpatía popular que, como ya sabemos siempre son flores en el corto plazo de las campañas electorales


Por Marcos Betanzos* @Mbetanzos
A Neza parece que por fin le ha llegado el momento de cambiar su rostro, de mostrarse distinta, más agradable, más armoniosa, menos agresiva, pero no habrá que dudar un poco y al hacerlo es un obviedad que se trata de otro estilo de maquillaje que al parecer ha encajado bien en muchos más temas que el del espacio público, éste último parece estar de moda. Así, el gobierno en turno ha preferido vestir con muros verdes la sede del Palacio Municipal para verlos morir a sólo semanas de su instalación; ha iniciado la sustitución de caballos por motocicletas para la recolección de basura sin un verdadero plan para el manejo de residuos sólidos o para disponer de esos animales garantizando su cuidado; ha comenzado la sustitución de luminarias sin contemplar la cobertura de la red eléctrica y ha preferido hacer modificaciones a la traza urbana integrando banquetas, juegos infantiles, casetas de vigilancia o parques de barrio sin analizar la red vial a conciencia. Para el anecdotario, el certamen de belleza convocado en 2013, reflejo de la banalización y la falta de compromiso para erradicar la seria amenaza que representa ser mujer ahí. 

La improvisación se desparrama pero rinde sus frutos: nuevos y coloridos equipamientos han comenzado a surgir y otros que ya eran ruinas icónicas de Neza (como el Barquito y el Pulpo) han adquirido su segundo aire a 53 años de haberse fundado el municipio. Los gestos inútiles de la megalomanía siguen evidenciando su futilidad: ahí está el “coyote en ayuno” de Sebastián que no es más que un referente sin pena ni gloria, mal hecho y en mal estado, dominando un horizonte gris.




Por todo lo anterior, si habría que celebrar algo, tendría que ser el hecho de que por fin el tema del espacio público ha comenzado a revelarse como una epifanía para todo el gremio de los políticos y sus allegados, es una lástima que hasta en sus buenas ideas sean tan limitados para lograr que se hagan bien.

Pero ante la crítica, los políticos hablan de actos y sus efectos: es indudable que la gente colma estos espacios jugándose la vida para cruzar la calle y llegar a ellos, soportando los raspones, las heridas y los daños en la piel por ese código estético que forja niños kamikaze todo terreno. ¡Ahí está la prueba –dicen ellos- la gente los usa, la gente sonríe, están contentos con este gobierno que ve por ellos y les devuelve su ciudad con espacios dignos!





Lo dicen muy seguros, casi arrogantes, no puedo pensar otra cosa cuando lo escucho. Si ellos supieran o entendieran algo de dignidad las cosas serían distintas. Pero no entienden nada.






Fotografías: Cortesía Municipio de Nezahualcoyotl.

* Marcos Betanzos (Ciudad de México, 1983) es arquitecto, fotógrafo y articulista independiente. Becario FONCA 2012-213 por su proyecto #BORDOS100 y miembro del Consejo Editorial de la Revista Domus México, América Central y el Caribe. 




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