Arquitectos por la transparencia
Una
iniciativa denominada “Arquitectos: por la transparencia en la obra pública” a
la que ha convocado firmar Alejandro Hernández Gálvez ha comenzado a circular
en las redes sociales, la causa básicamente se ha concentrado en asumir un
compromiso profesional para no ser parte del sistema de adjudicaciones directas
en cuanto a proyectos públicos se refiere. Con sólo seis días de estar en la
red, se han firmado poco más de 330 personas. No son muchas para la cantidad de
arquitectos que existen en la Ciudad de México o en el país, ni son pocas para
ningunear el posible nivel de compromiso que algunos pueden asumir si este tipo
de iniciativas llegara a otro nivel de exigencia.
Esta
iniciativa da muestra de muchas cosas, por ejemplo de la necesidad de llevar a un
nivel y plataforma distinta el vox populi (la queja, el chiste simplón o el
argumento mejor armado), en donde al menos, sea posible registrar objetivamente
la intención de generar un cambio en el método de producción de nuestra
práctica arquitectónica, toda vez que ésta tiene injerencia en nuestra vida
ciudadana; asimismo es un indicador de la participación gremial cuando de
formar parte de una decisión comprometedora se trata: nadie –habrá que ver
hasta qué punto se desmiente esta generalización- en su sano juicio quiere
arriesgarse a ser excluido de las rebanadas del pastel y menos hacerlo por
cuenta propia.
Los que
han firmado, tal como lo dije hace días son, los que seguramente quieren no
sólo garantizar que los procesos de adjudicación sean mucho más democráticos sino
que sean más justos, que sean sobre todo más transparentes. Lo harán los que
buscan tener una oportunidad de trabajo bajo un sistema más incluyente que
permita un campo de juego más parejo, mucho más horizontal. Lo harán los
jóvenes, arquitectos recién egresados que ven en los concursos una nueva forma
de poner en práctica lo aprendido y validar sus conocimientos con situaciones
reales. Lo harán los que no tienen nada que perder, los que aún no han ganado
nada.
Y es ahí
donde surge la pregunta incomoda ¿firmarán los que ya gozan de privilegios
conocidos, de encomiendas y de adjudicaciones o simplemente se mantendrán la
margen? ¿Harán lo políticamente correcto, que es firmar y apoyar la causa
públicamente y en lo privado mantener la estructura del sistema del dedazo? ¿O callarán desviando la mirada?
Si firman,
estaremos frente a un acto que simbólicamente los compromete -porque hay que
decir que esta petición sólo alcanza ese nivel de compromiso-; si firman estaremos
ante una manifestación ejemplar que de tomarse con seriedad puede dar una
verdadera pauta para romper las inercias que han caracterizado a nuestro
gremio; si firman harán un gesto mínimo de congruencia o quizá otro mayor de
cínica hipocresía que compruebe hasta qué punto se comulga con la idea de
mantener un sistema donde la discrecionalidad impera.
Habrá que
ver, si en la medida de lo posible es viable hacer pública la lista de quienes
han firmado. Esto con la finalidad de dar seguimiento y engrosar la causa más
que para generar un reconocimiento o un linchamiento público. Es un buen
inicio, habrá que ver qué tipo de resultados se generan. Siempre se correrá el
riesgo de pensar que una idea como esta puede maniatar los procesos de trabajo,
pero no debe desestimarse que este mecanismo, de consolidarse como un proceso
cultural representa una oportunidad valiosa para dejar claro con cuánta asepsia
podemos trabajar por el bien común de las ciudades en las que vivimos.
Aquí el
link para suscribirla: https://www.change.org/p/arquitectos-por-la-transparencia-en-la-obra-p%C3%BAblicaen ella
Relación de imágenes:
1.- Tomada
del portal Chnge.org
3.- Gerardo
Suter,Tlapoyahua 1991
4.-
Gerardo Suter, Sin título.
* Marcos Betanzos (Ciudad de México, 1983) es arquitecto, fotógrafo y articulista independiente. Becario FONCA 2012-213 por su proyecto #BORDOS100 y miembro del Consejo Editorial de la Revista
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ResponderEliminarAquí el link Lucia: https://www.change.org/p/arquitectos-por-la-transparencia-en-la-obra-pública
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