La
ciudad de Guadalajara en Jalisco además de ser la tercera más importante del
país, posee una gran riqueza arquitectónica y cultural. Es cuna de grandes
arquitectos y personajes ilustres que hoy forman parte de la cultura universal
y en pleno siglo 21 parece que el pretexto de su necesaria transformación no se
ha querido postergar.
La realización número 16 de los Juegos Panamericanos en el año 2011 prometió y no cumplió todas las expectativas imaginadas, de hecho resultó contraproducente pero dejó influencia directa en una serie de intentos de renovación para su infraestructura que desde hace algunos años previos venía impactando la configuración de la ciudad tanto como el creciente interés de colmarla de nuevos iconos arquitectónicos, para muestra bastará recordar la iniciativa fallida del Centro JVC que impulsó Jorge Vergara y con el cual logró reunir a arquitectos como Carmen Pinós, Rem Koolhaas, Wolf Prix, entre otros más de procedencia nacional.
No
puede quedar sin mención la propuesta de realizar la primera sede
latinoamericana del Museo Guggenheim a cargo de Enrique Norten que no llegó a
buen fin y la indiscutible relevancia del proyecto del despacho Populous: el Estadio
Omnilife. Una obra faraónica fuera del alcance de deporte popular que celebra.
La
cultura del concurso comenzó a tomar fuerza desde la Universidad de Guadalajara
en un ambicioso plan maestro; primero con la elección del mejor proyecto para
la nueva sede de la Biblioteca Pública del Estado de Jalisco “Juan José
Arreola” adjudicado a los arquitectos José Grinberg, Sara Topelson y Antonio
Toca (más tarde modificado y cargado de gran polémica), después con el Conjunto
de Artes Escénicas fallado a favor de Arquitectura 911sc y Fernanda Canales. Y
de forma paralela el Auditorio Telmex de José Moyao que se consolidó como una
de las mejores instalaciones regionales para espectáculos de primera línea. Así
lo dicen sus promotores.
Maqueta del Centro Cultural Universitario |
La
culminación del Periférico de la ciudad y el paso del tiempo lograron que estas
tres obras en conjunto con la Plaza Bicentenario (proyectada por GVA) se
convirtieran en la actualidad en los emblemas del territorio conformado por 173
hectáreas que forman parte de la reserva territorial los Belenes a cargo de la UdeG
pero eso fue sólo una primera etapa, parece que lo “mejor” está por venir para
el Centro Cultural Universitario (CCU).
Se
espera que pronto comience una segunda fase en la que se concluya el Centro de
Artes Escénicas, el Museo de Ciencias Medioambientales proyectado por el
despacho Snohetta, una Sala de Arte Contemporáneo, y el Centro de Investigación
Transdiciplinaria y de Servicios CITRANS. De acuerdo al anuncio de Mauricio de
Font-Réaulx, director del Centro Cultural Universitario (CCU), el museo que realizará
la firma con sede en Noruega, “se ubicará en el corazón del predio. Será un
museo donde el visitante pueda comprender y respetar la naturaleza, donde el
descubrimiento del pasado promueva la idea de preservar el futuro teniendo como
marco una arquitectura de vanguardia que comulga con el contexto de la ciudad y
su riqueza natural”.
Una obra de arquitectura contemporánea que ejemplificará la sustentabilidad y el bajo impacto ambiental de la industria de la construcción, así como su beneficio comunitario a la población de las zonas aledañas. Dentro de los servicios con los que contará se enlistan las salas de exposición permanente y temporales, servicios educativos, auditorio, cafetería, servicios, centro de información especializada, cine, restaurante y tienda. Afirman.
Una obra de arquitectura contemporánea que ejemplificará la sustentabilidad y el bajo impacto ambiental de la industria de la construcción, así como su beneficio comunitario a la población de las zonas aledañas. Dentro de los servicios con los que contará se enlistan las salas de exposición permanente y temporales, servicios educativos, auditorio, cafetería, servicios, centro de información especializada, cine, restaurante y tienda. Afirman.
La
segunda gran obra que se tiene contemplada es el CITRANS, este edificio de
corte científico albergará cuatro actividades enfocadas a la microscopia: espectroscopia,
biología molecular, proteómica y, finalmente la bioinformática. Tendrá como
finalidad consolidar la investigación y ser el vínculo entre los sectores
productivo, salud y educativo, así como formar a un nuevo cuerpo de docentes. Punta
de lanza del conocimiento en otro rango de acción.
Por
último la Sala de Arte Contemporáneo, se ubicará en instalaciones industriales
existentes y pretende ser el punto de encuentro para el debate cultural e
intercambio intelectual entre la comunidad vinculada a la producción artística
actual. Albergará la Colección Coppel y la colección de la Fundación Televisa.
Teniendo como asesores a personajes como Patrick Charpenel, Hans-Ulrich Orbist,
Olga Viso; entre otros. Este proyecto estará a cargo de Kazuyo Sejima y Ryue
Nishizawa (SANAA), autores del New Museum of Contemporary Art de Nueva York y el Museo de Arte Contemporáneo del Siglo XXI en Kanazawa,
Japón.
De
acuerdo al arquitecto Mauricio de Font-Réaulx el impacto de todo este plan
maestro en beneficio de la sociedad se aproxima al 13% de toda la población de
la zona metropolitana de Guadalajara. Según sus cifras, hasta el momento se han
generado más de 15,000 empleos temporales y 2,375 permanentes, lo cual
representa un aproximado de 88,700 empleos indirectos.
Pero
aún hay más: se tiene planeado que el despacho Pei Partnership diseñe el desarrollo
de una zona residencial y diversos hoteles; PROMODESA y Robert Berg estarán a
cargo de las zonas comerciales y de servicios, así se consolidará el Plan Maestro
realizado por Cesar Pelli y Bill Lacy, contando además con un Parque Fílmico y
una zona de oficinas.
En
espera de que el tiempo, las oportunidades y la visión hagan de esta idea una
realidad, la Universidad de Guadalajara, el Municipio de Zapopan y el Gobierno
del Estado de Jalisco (quienes constituyen el Fideicomiso para construir este
proyecto) ven en este gran desarrollo la posibilidad de impulsar la ciudad a
nivel mundial.
Nuevamente
con el desgastado argumento de que la arquitectura lo puede todo. Habrá que ver
cómo la arquitectura de autor en su conjunto puede detonar el tan anhelado
turismo arquitectónico y consolidar un equilibrio ideal en beneficio de la
ciudad, entre tanto personaje reconocido esto parece ser algo difícil de
lograr. La formula de llenar de estrellas un firmamento que no posee las
dimensiones adecuadas advierte que el relumbrón no siempre es la mejor
respuesta.
Queda
claro eso y también que a los despachos mexicanos se les calificará –por lo
menos en Jalisco- con el filtro del concurso que representa el riesgo de
alteraciones de su obra a diestra y siniestra. Para los extranjeros, la
adjudicación directa. Así las cosas.
*Marcos Betanzos, es
arquitecto, fotógrafo y escritor independiente. Becario del Sistema Nacional de
Jóvenes Creadores FONCA 2012-2013 en la disciplina de Diseño Arquitectónico. Miembro del Consejo Editorial
de la Revista Domus México,
América Central y el Caribe.
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