Por: Marcos Betanzos
“La Zona Rosa, centro de la moda, ha sido también y
simultáneamente una invención del ánimo, el punto de partida del México pop y
op, la sede del México-Petronio que dictaminará elegancia y cultura, new look y
nuevos environments. Descaro. Juventud. Desenfado. Audacia. Exhibicionismo.
Muerte del prejuicio. Extravagancias. Costos elevados. Calidad, Distinción.
Fantasía”. Carlos Monsiváis. “Cuevas en la Zona Rosa” en Días de Guardar
(1970).
Al parecer la intención de querer rescatar la ahora mal
afamada Zona Rosa de la Ciudad de México, llegó demasiado tarde para las
autoridades correspondientes. Finalmente, la burbuja reventó. ¿Los alcanzó o se
les adelantó el disimulo? ¿La indiferencia, la complacencia y el sistema de
complicidades ya no pudieron sostenerse?
Tal parece que todo lo anterior en su conjunto ya comenzó
a cobrar las primeras facturas e impactó en donde a las autoridades -en verdad-
les duele, en lo mediático. Autoridades claro, que parecen estar más
preocupados por la percepción pública de su popularidad que por la resolución
objetiva de los conflictos recientes; autoridades que están más preocupados por
suponer que estos problemas son el resultado de un maquiavélico plan para
desestabilizar su gobierno y no una resultante de un sistema interno de fallos
en el manejo de la autoridad y la aplicación de las leyes. Para el Jefe de
Gobierno, Miguel Ángel Mancera -reiteradamente lo ha dicho-: “La capital del
país, va muy bien”. Viéndolo así, la Zona Rosa no puede estar mejor.
Sea como sea, la cantidad de problemas visibles ya no se
pudieron ocultar. Lo que preocupa son todos aquellos que aún no salen a la luz.
Seguro saldrán, es indudable, pero habrá que ver cómo manifiestan su presencia. Por
lo pronto, el DF ha despertado de ese sueño plácido donde todo era tranquilidad
y buenaventura. Lo peor del caso es que este tipo de problemas amenazan -según
las autoridades- con esparcirse a otras zonas como la colonia Condesa y la Roma.
¿No será más bien que ahí también ya están instaladas? ¿O en este caso las
autoridades están detectando los conflictos por venir de manera oportuna?
La intervención por parte de las autoridades en la Zona
Rosa debe importarnos antes de que las únicas voces que exijan respuesta sean las
de los empresarios o restauranteros locales, los cuales como puede verse en la
colonia Condesa y Roma parecen ser el único frente de opinión escuchado,
solapado y complacido al grado de poseer más favores que los mismos habitantes
de las colonias mencionadas. Muchos de los cuales, han preferido salir de la
zona por el conflicto diario que representan los altos niveles de música, la
invasión de banquetas y servicios, así como los desmanes frecuentes que
ocasionan por el quebranto de la ley.
El encanto del que hablaba Carlos Monsiváis o la
aspiración de un epicentro artístico deseado por José Luis Cuevas ha quedado
simplemente ridiculizado. A la zonaja
le brota por doquier su cualidad de traspatio del Paseo de la Reforma, también
se le desborda lo vulgar y la obsolescencia. Pero no puede decirse que ahí no
se ha hecho nada: en años recientes se recuperó la calle de Génova que de vía
peatonal ha servido como barra pública para los bares ahí presentes; se ha
intervenido la Glorieta de Insurgentes que presume enormes –y grotescos- anuncios
luminosos hacia el flujo vehicular y una gran oscuridad al centro de la plaza,
ahí donde las personas deberían de convivir; además se consolidó la
recuperación del decadente Cine Insurgentes que hoy es un casino luminoso “Tipo Vegas” y finalmente apareció un
edificio de estacionamientos sobre la calle Florencia, que hasta donde se ve es
de buena manufactura pero está a medio terminar.
El secretario de Gobierno, Héctor Serrano ha dicho que lo
importante de todo lo ocurrido “es que hay la oportunidad histórica de rescatar
esta zona como emblema de la ciudad de México”. Esperemos pues, que ahora sí le
den más valor a la oportunidad histórica que a la oportunidad económica, y que
por favor se deje la ocurrencia para otro momento.
*Marcos Betanzos, es arquitecto, fotógrafo y escritor
independiente. Becario del Sistema Nacional de Jóvenes Creadores FONCA
2012-2013 en la disciplina de Diseño Arquitectónico.
Fotografía: Marcos Betanzos
@MBetanzos
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