Los parques y jardines



Por: Marcos Betanzos*
La culpa está en la lila que no florece. Alejandra Pizarnik
Los jardines y también los parques, son en esencia equipamientos de gran trascendencia en nuestras ciudades con implicaciones directas en la vida social. Laboratorios para la estética y la ciencia que analizados desde otras ópticas y escalas, logran consolidar al paisajismo (tenue frontera entre el artificio y la naturaleza) como parte de nuestra cotidianidad. Por razones históricas, estéticas y sanitarias vale la pena preservar -los jardines y los parques- con dignidad; intervenirlos con conocimiento y cautela; usarlos con verdadero civismo.

Hasta el siglo XVIII los jardines eran paraísos privados, construidos por la realeza, la aristocracia y, más tarde, la burguesía, para su uso particular. Lugares para el descanso y el retiro deleitoso, para la alegría privada y el juego amistoso, para la ostentación y el reposo. Materialización espacial de otro término que se convirtió en artificio cultural, una invención: el confort. El jardín será precisamente el paraíso de lo privado hasta el siglo XIX cuando se vuelve accesible para todos; se concibe el jardín municipal, el público. 


Horacio Capel, nos dice que desde las primeras civilizaciones urbanas la construcción de jardines se hizo con la aplicación de técnicas hidráulicas, de conocimientos botánicos, de prácticas de geodesia y de cálculo económico. Muy pronto también, la instalación de fuentes obligó a imaginar mecanismos ingeniosos para su funcionamiento, sobre todo cuando se trataba de conseguir efectos de vistosidad y sorpresa. “Los jardines se construyen para el deleite y para dar una idea de sí mismo: en ellos se configura consciente o inconscientemente un sistema de significados que debe ser entendido por el usuario o el visitante”.


Para Capel, además los parques se van volviendo esenciales para todos los grupos sociales, para los partidarios de la ciudad y para sus detractores. Para los primeros porque las ciudades, que eran inevitables, necesitaban grandes espacios verdes, tal como empezaron a pensar los arquitectos y planificadores urbanos. Para los disconformes de la ciudad con más razón todavía, ya que el parque o el jardín podía ser un sucedáneo de la naturaleza o del campo lejano y perdido. 

En nuestros días, los parques o jardines en su mayoría son espacios remanentes totalmente anodinos, carentes de sentido, lo que sobra de la ciudad, rincones para esculturas mutiladas; en el mejor caso (los que tienen gran afluencia) se han convertido en verdaderos campos minados de desechos de mascotas (principalmente perros), colmados de áreas verdes con nulo mantenimiento, más mascotas (aparecen incluso caballos, cerdos y más…), son tantas que incomodan y son tantas las que exhiben la falta de civismo de sus dueños. ¿Esto podría cambiar? 
 
Recientemente, la administración de Miguel Ángel Mancera ha decidido destinar 200 millones de pesos para rehabilitar y rescatar diversos jardines y parques de la Ciudad de México, se trata de proyectos de distinta escala -incluidos los llamados parques de bolsillo- en zonas por demás contrastantes, con verdadera historia o puro arraigo popular, con verdadero potencial si la intervención contempla estrategias profundas. 

La iniciativa es valiosa, pero la solución y esperada transformación no sólo dependerá de eso, ya veremos qué sucede por efecto de apropiación y cultura de los ciudadanos o el impacto que tengan los procesos implicados en volver realidad esta iniciativa de gobierno, la transparencia en la aplicación de los recursos, por ejemplo. 
 
Antes de todo eso habrá que recordar que, por razones tanto históricas, estéticas y sanitarias vale la pena preservar -los jardines y los parques- con dignidad; intervenirlos con conocimiento y cautela; usarlos con verdadero civismo…¿Cuántas veces habrá que repetir esto?  



 *Marcos Betanzos, es arquitecto, fotógrafo y escritor independiente. Becario del Sistema Nacional de Jóvenes Creadores FONCA 2012-2013 en la disciplina de Diseño Arquitectónico. 

Fotografía: Marcos Betanzos

@MBetanzos

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