Por: Marcos Betanzos* @MBetanzos
“No quiero cambiar la arquitectura, lo que quiero es cambiar esa sociedad de mierda”. Oscar Niemeyer
Oscar Ribeiro de Almeida Niemeyer Soares Filho murió antes de que le llegaran los 105 años, con exactitud diez días antes. Deja como legado una vasta producción de proyectos que si bien han sido profusamente abordados, al mismo tiempo han sido trivializados formalmente: del amor por la curva y de su acentuada fijación por afrontar la gravedad, muchas de las fuentes bibliográficas no pasan.
Se consume su arquitectura como logros exclusivos de la plástica y de la enajenación de imágenes, en más de 80 volúmenes y –por si fuera necesario- en más de seis idiomas.
Se consume su arquitectura como logros exclusivos de la plástica y de la enajenación de imágenes, en más de 80 volúmenes y –por si fuera necesario- en más de seis idiomas.
Congress (Chamber of Deputies and Congress Office Towers), Brasilia, Brasil, 1960 . Frank Camhi
Sin embargo, detrás del trabajo de este emblemático arquitecto brasileño de relevancia universal hay varias cosas dignas de destacar y hacer visibles, algo mucho más que sus innumerables reconocimientos en donde se enlistan el Premio Príncipe de Asturias, el Premio Imperial Japón, el Premio UNESCO en la categoría de cultura y el Premio León de Oro de la Bienal de Venecia e indudablemente a éstos hay que sumarle el Premio Pritzker que le fue entregado en 1988.
Habrá que recordar que en tan relevante ocasión no asistió a la ceremonia y en su misiva enviada se disculpó por no estar presente pero también porque afirmó que la profesión de la cual formó parte carecía de todo poder para transformar un mundo socialmente injusto, donde se ignoraba la miseria y se privilegiaban las clases dominantes.
En ese mensaje breve, encontró espacio para citar a Charles Baudelaire diciendo que “lo inesperado, lo irregular, la sorpresa, lo sorprendente son una parte esencial y característica de la belleza”. Su tiempo en vida, le otorgó una autoridad que pocos pueden presumir al sentenciar de ese modo.
En ese mensaje breve, encontró espacio para citar a Charles Baudelaire diciendo que “lo inesperado, lo irregular, la sorpresa, lo sorprendente son una parte esencial y característica de la belleza”. Su tiempo en vida, le otorgó una autoridad que pocos pueden presumir al sentenciar de ese modo.
Metropolitan Cathedral of Brasilia, Brasilia, Brazil, 1970. Frank Camhi
Hombre de ideas e insurrecto declarado dio gran importancia al Premio Lenin de la Paz que recibió por parte de la Unión Soviética en 1963. ¿La razón? Su ideología política, siempre fue territorio de defensa a cabalidad y argumento superior para indicar la esencia de su rigor laboral, el mismo que lo llevó al cansancio y la rendición de su cuerpo negado a sucumbir.
Niemeyer, tuvo que pasar por la aduana del linchamiento político que lo llevó al exilio y en gran medida a la exclusión social. Sin embargo, su talento o al menos la aceptación casi unilateral de su producción por parte de la crítica y sus colegas le llevó a sortear estas complejidades en “modo experto”, superando el fantasmas de Le Corbusier y llevando a otro escenario su búsqueda personal.
Niemeyer, tuvo que pasar por la aduana del linchamiento político que lo llevó al exilio y en gran medida a la exclusión social. Sin embargo, su talento o al menos la aceptación casi unilateral de su producción por parte de la crítica y sus colegas le llevó a sortear estas complejidades en “modo experto”, superando el fantasmas de Le Corbusier y llevando a otro escenario su búsqueda personal.
No fue un mero disparate su apoyo público a personajes como Fidel Castro, Luiz Ignacio Lula da Silva o el presidente venezolano, Hugo Chávez. Tampoco lo fue la afirmación que hizo el ex dictador cubano más de una vez cuando dijo que en el mundo quedaban solamente dos comunistas, Niemeyer y él.
Niterói Contemporary Art Museum, Niteroi, Brazil, 1996. Frank Camhi
“Niemeyer, Oscar: brasileño, arquitecto, vivió entre amigos y creyó en el futuro”. Así pidió ser recordado y, sobre su trascendencia no dejó hilos sueltos: “están los que aseguran que después de que muera vendrán otras personas a ver mis obras. Pero esas personas igual morirán.
Y vendrán otras y otras, que también morirán. La inmortalidad es una fantasía, una manera de olvidar la realidad”. Afirmaba entre volutas de humo y compases de un tiempo que poco a poco lo extinguía.
Y vendrán otras y otras, que también morirán. La inmortalidad es una fantasía, una manera de olvidar la realidad”. Afirmaba entre volutas de humo y compases de un tiempo que poco a poco lo extinguía.
Niterói Contemporary Art Museum, Niteroi, Brazil, 1996. Paulo Neres
Niterói Contemporary Art Museum, Niteroi, Brazil, 1996. Celso Pupo
Niterói Contemporary Art Museum, Niteroi, Brazil, 1996. Elder Vieira Salles
*Marcos Betanzos, es arquitecto, fotógrafo y escritor independiente. Becario del Sistema Nacional de Jóvenes Creadores FONCA 2012-2013 en la disciplina de Diseño Arquitectónico.
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